El Planeta Hipócrita
La gente que allí vivía tenía todo lo necesario para vivir: luz, agua, alimento, compañía, humor, juegos...
Pero no eran felices.
Un día, nadie sabía con certeza ni el cómo ni el cuándo ni el quién, a alguien se le ocurrió que había que pagar por aquello que allí se encontraba.
La gente se encontró entonces teniendo que trabajar duramente para conseguir aquello que antes, simplemente, estaba ahí.
Y siguieron sin ser felices.
"¿Cuál es el Secreto de la Felicidad?" - preguntó el alumno al maestro.
"Valorar lo que tienes" -le dijo éste.
"¿Y cómo puedo conseguir eso?" -insistió el alumno.
"Perdiéndolo antes" -respondió el maestro.
Deja de morir por aquello que te dio la Vida y que te pertenece por derecho; pero no pierdas la Vida intentando retomarlo por la fuerza.
Busca formas Creativas, Nuevas, Respetuosas... desarrolla tu Conciencia y tu Cerebro, no les dejes dormir más; prioriza lo priorizable y desestima lo desestimable: notarás la diferencia enseguida.
Vive y deja vivir, habla y deja hablar, escucha y deja escuchar.
Quiere para los demás lo que querrías para ti.
Piensa en los demás como si fueras tú.
Observa, observa mucho.
Lo que te sucede, tu entorno, tus amistades, tu familia... en todo se encierra una potencial enseñanza sobre tí mismo, sobre los demás.
Cuanto más te conozcas a ti mismo, cuanto más te entiendas y aceptes; en definitiva, cuanto más te ames, más conocerás, entenderás, aceptarás y amarás a los demás.
Había una vez un precioso planeta.
La gente que allí vivía tenía todo lo necesario para vivir: luz, agua, alimento, compañía, humor, juegos...
Un día descubrieron lo mucho que valía aquello que tenían y que a todos pertenecía.
Y ese día, de Verdad ése día, fueron felices.
Dedicado a Luis Otero de la Rosa y a su mujer Mary Liedtke por sus inestimables consejos y su constante ánimo.
Gracias por el maravilloso e inesperado regalo que tanto nos está aportando.
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